La Asociación de la Industria de Semiconductores y la Corporación de Investigación en Semiconductores están presentando hoy su Premio Anual de Investigación Universitaria a los profesores Rodwell (Universidad de California, Santa Bárbara) y Rosing (UC San Diego) por su trabajo en semiconductores.
ste evento destaca una vez más la importancia de la carrera global por innovar y producir la próxima generación de semiconductores de alta tecnología. Las empresas estadounidenses del sector actualmente invierten el 20% de su facturación en investigación y desarrollo.
Innovación: el nervio de la guerra
Los fabricantes de chips se han embarcado en una carrera por la innovación en un intento de producir semiconductores aún más rápidos, potentes y eficientes en energía. Esto significa que deberían poder satisfacer la necesidad de los nuevos y variados tipos de aplicaciones que están en constante cambio, como en el campo de los videojuegos o los servidores utilizados para simular el impacto del cambio climático. Los semiconductores también son de importancia estratégica, ya que son vitales en una amplia gama de sectores (transporte, TI, medicina, etc.). Los componentes electrónicos, por ejemplo, representaron el 40% del costo total de un automóvil con motor de combustión en 2021.
El mercado global está dominado por Asia, con Taiwán a la cabeza, seguido por Estados Unidos y Corea del Sur. La importancia geoestratégica de los semiconductores se subrayó aún más cuando el CEO de la Compañía de Fabricación de Semiconductores de Taiwán (TSMC) declaró que la compañía tendría que cesar la producción si China invadiera Taiwán. Y sin embargo, Taiwán, a través de TSMC, representa alrededor del 60% de las exportaciones mundiales de semiconductores. La grave escasez de semiconductores en la economía mundial a mediados de 2020, cuando la mitad de la población mundial estaba confinada (incluida China), también ha servido como una señal de advertencia.
Una industria estratégica
Los gobiernos de las principales economías mundiales reconocen esta importancia geoestratégica y han emprendido importantes programas de inversión destinados a reducir su dependencia de Asia. A principios de 2022, la Comisión Europea adoptó la Ley Europea de Chips, que introdujo un plan de inversión de 11 mil millones de euros con la determinación de ser líder mundial en el impulso a la innovación. En Estados Unidos, la administración Biden también firmó la Ley de Chips en agosto de 2022, asignando 52.7 mil millones de dólares para la investigación, el desarrollo, la fabricación y el desarrollo de la fuerza laboral en semiconductores. Además, China compite en esta carrera tecnológica con su plan Hecho en China 2025.
La carrera mundial por los semiconductores también está en el centro de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. La administración Trump implementó medidas proteccionistas contra el plan Hecho en China 2025. No ha habido un alivio en estas tensiones desde entonces, ya que la administración Biden decidió limitar las capacidades de China al prohibir que los diseñadores estadounidenses vendan chips de IA y supercomputadoras de gama alta al país.
Riesgos y oportunidades
A corto plazo, la política de "cero-Covid" de China sigue obstaculizando su producción de semiconductores, lo que contribuye a las interrupciones en la cadena de valor global. Aunque estas han disminuido un poco recientemente, ciertos sectores, como la industria automotriz, siguen sufriendo los efectos.
A mediano y largo plazo, la competencia entre las principales economías en cuanto a la fabricación de semiconductores está generando preocupaciones sobre la posible oferta excesiva y la falta de coincidencia con las necesidades de la industria.
En un contexto de perspectivas económicas globales sombrías, con presiones inflacionarias y el riesgo de recesión, los precios y las ventas de semiconductores están en declive. Se espera que la demanda de algunos productos tecnológicos continúe disminuyendo. La demanda de dispositivos de consumo, por ejemplo, ha caído recientemente al mismo tiempo que la recesión en la industria automotriz. Por otro lado, la inteligencia artificial y la ciberseguridad, por ejemplo, siguen ofreciendo oportunidades de rentabilidad para las empresas del sector TIC. Y estos productos y servicios de alta tecnología requieren semiconductores cada vez más innovadores.