El 6 de febrero, las provincias del sureste de Turquía fueron golpeadas por terremotos que causaron la muerte de más de 40,000 personas en Turquía y Siria. Este saldo, lejos de ser definitivo, podría duplicarse según las Naciones Unidas.
Millones de personas necesitan ayuda humanitaria, y el personal médico trabaja para prevenir la propagación de enfermedades en centros que albergan a decenas de miles de refugiados.
Se necesitan entre 50 y 85 mil millones de dólares
El impacto del desastre en la economía turca sigue siendo muy incierto, pero la cantidad necesaria para la recuperación ya se estima entre 50 y 85 mil millones de dólares (según la Confederación Turca de Empresas y Negocios). Se ha declarado el estado de emergencia en 11 ciudades, incluidas Kahramanmaraş, Hatay y Gaziantep, que son centros regionales clave para la logística, la producción y las exportaciones. Estas regiones representan alrededor del 12% del PIB del país, el 20% de la producción agrícola y forestal total, el 10% de la producción manufacturera y casi el 15% de la actividad de la construcción.
Mientras la inflación ya es muy alta (58%), la pérdida de producción agrícola y el inicio del Ramadán en marzo podrían amplificar este fenómeno. Coface estima que la inflación promediará el 50% en 2023, mientras que en 2022 alcanzó el 72%.
A corto plazo, se espera una fuerte desaceleración del crecimiento. Después del terremoto de 1999, el PIB se contrajo un 3.3% antes de repuntar un 6.8% en 2000. Coface estimó a principios de año que el PIB crecería un 3.5% en 2023, una cifra que no tiene en cuenta los efectos del terremoto, que aún están por definirse. De hecho, algunas fábricas han sido total o parcialmente destruidas. El organismo de supervisión bancaria turco (BDDK) también ha ampliado la flexibilidad de la deuda para aquellos afectados por los terremotos, lo que permitiría a las empresas compensar parte de sus pérdidas de beneficios y deterioro de flujos de efectivo.
¿Qué esperar?
Según nuestro análisis, los sectores más afectados por el desastre son textil, confección, alimentos, servicios, TIC, metales, productos químicos y comercio minorista. A mediano plazo, la necesidad de reconstruir un área de alrededor de 110,000 km² (más grande que Dinamarca, los Países Bajos, Suiza o Bélgica) y poblada por 13 millones de personas podría impulsar el sector de la construcción. El presidente Erdogan dijo que la construcción de 30,000 edificios residenciales en la zona del terremoto comenzaría en marzo.
En el frente político, el impacto del terremoto, sumado a la turbulencia económica del año pasado (inflación históricamente alta, debilidad de la lira turca, etc.), podría cambiar el enfoque de los votantes hacia las condiciones internas. Las elecciones estaban previstas para el 14 de mayo; sin embargo, existe un debate sobre si se podrán celebrar. La oposición pide que se lleven a cabo, pero hay una gran incertidumbre al respecto.