Riesgos políticos en África: la temperatura está aumentando
África ha visto una gran cantidad de eventos políticos en los últimos meses. Después del deterioro de la situación de seguridad en el Sahel, así como de las salidas forzadas de líderes históricos de Argelia y Sudán, ¿dónde se manifestarán los riesgos políticos en la segunda mitad del año?
Utilizando su modelo de riesgo político cuantitativo, creado en marzo de 2017, Coface intenta identificar, más allá del ritmo dictado por los eventos actuales, las tendencias de riesgo político recientes y, por lo tanto, los países que se monitorearán.
A lo largo de las últimas décadas, los conflictos regulares de variadas intensidades y naturalezas han marcado a África, lo que ha llevado especialmente a una disminución de la inversión y los flujos comerciales, retrasando el desarrollo de algunos países africanos. En los últimos años ha habido un resurgimiento de los conflictos en el continente, principalmente como resultado de las actividades de varios grupos islamistas, en particular en la región del Sahel, que movilizaron a las fuerzas armadas de ciertos estados del continente y se dirigieron a poblaciones civiles. Los conflictos de origen político, a veces mezclados con consideraciones étnicas, religiosas o incluso lingüísticas, también siguen presentes en África (Libia, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Camerún...).
Nuestros índices de violencia política también confirman que los eventos violentos (conflictos y / o actos terroristas), aunque más localizados, se han vuelto relativamente comunes nuevamente, particularmente en el Sahel, en comparación con el comienzo del siglo XXI: en comparación con 2008, hubo casi el doble de conflictos en todo el continente en 2018.
Además, como lo demuestran los eventos en África del Norte y Medio Oriente en 2011, a medida que se desarrollan los instrumentos de movilización, la exasperación de las poblaciones, alimentada por presiones socioeconómicas, expone a algunos países al riesgo de inestabilidad futura. Si bien los conflictos a gran escala (como en Libia) o los cambios de régimen no están dados, un contexto socioeconómico frágil podría causar a largo plazo un malestar que genere como mínimo, incertidumbre en el entorno político. Nuestro índice de fragilidad política y social indica que 10 países (Angola, Camerún, Chad, Djibouti, Egipto, Etiopía, Mauritania, Mozambique, Uganda y la República Democrática del Congo) podrían verse o seguir afectados en el futuro previsible. El aumento de los instrumentos de movilización es uno de los factores detrás del aumento del riesgo. Esta dinámica, vigente en todo el continente, podría potencialmente conducir a una multiplicación de eventos políticos desestabilizadores en África a largo plazo.
